EL CONOCIMIENTO EN LA FILOSOFÍA MODERNA. II. EL EMPIRISMO
Contenido principal del artículo
Resumen
- Antecedentes
LA "REVOLUCIÓN COPERNICANA" en la ontología del conocimiento empieza propiamente con Descartes. La filosofía tradicional, en efecto, concedía tal importancia al objeto que el papel del sujeto, en el proceso del conocimiento, resultaba más bien secundario. El sujeto, etimológicamente -del griego hypokeimenon- significa: lo que está debajo -idéntica significación tiene el vocablo latino subiectum-, En la metafísica griega -especialmente a partir de Aristóteles- sujeto designaba un elemento que subyace, que está de bajo de otros elementos. En sentido ontológico, el sujeto era, ante todo, la sustancia porque ella sustentaba los accidentes. En la sustancia -synolon o compuesto- hay dos elementos: materia y forma. De ahí que la denominación de sujeto se aplicaba fundamentalmente a la materia porque ella sus tentaba a la forma.
El conocimiento se entendía -y se explicaba- hilemórficamente -estructura materia-forma-, de modo que el objeto se comportaba ad modum formae, en tanto que el sujeto lo hacía ad modum materiae. En realidad, el sujeto soportaba el acto de conocimiento -recuérdese que para los escolásticos conocer es captar formas-; el sujeto estaba sometido al influjo del objeto. Así se destacaba la pasividad y receptividad del sujeto. En honor a la verdad, no se trataba de una pasividad total porque el sujeto era también principio -aunque remoto- de operaciones.
Descargas
Detalles del artículo
Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución 4.0.