VALENTÍN CANALIZO: UN GENERAL REGIOMONTANO EN LA POLÍTICA NACIONAL
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Resumen
El XIX fue un siglo lleno de contradicciones, de actos heroicos e increíbles equivocaciones. En su trama se cruzan personajes imposibles de catalogar dentro del simplismo de los cartabones tradicionales de liberales y conservadores, federalistas y centralistas, civilistas y militaristas. La sucesión de cambios rápidos y dramáticos que vivieron estos pobres hombres, los obligó a tratar de ajustarse a ellos y responder a un presente siempre diferente.
Un ingrediente que obstaculiza comprender la complejidad que los rodeaba se encuentra en la existencia paralela de un regionalismo muchas veces intransigente, junto a un sentimiento nacionalista. El primero era sin duda el resultado de la variedad producida por la orografía del territorio, favorecido por la reorganización espacial generada por las reformas borbónicas en 1776 y 1786 y la desvertebración institucional favorecida por la independencia y el establecimiento de las diputaciones provinciales. El segundo, abonado por la ampliación de dominio que significaría la conquista, con la incorporación de tlaxcaltecas, tarascos y otomíes, después convertidos también en auxiliares en la expansión de las nuevas técnicas agrícolas en Aridoamérica, iba a consolidarse con la expansión evangelizadora e institucional y las redes comerciales relacionadas con el centro. Estas fuerzas paralelas complicaban las actividades de aquellos “padres fundadores” que pretendían fundar un Estado-nación que respondiera a los ideales independentistas, pero capaz de responder a las amenazas del exterior. Por eso es comprensible que los más sensibles al centralismo fueran los que conocían mejor las fuerzas regionalistas.
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