LA VERDAD EN LA ANTROPOLOGÍA ECONÓMICA 1. La economía y el bien común
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Resumen
La actividad económica, que abarca la producción, transformación y distribución de los bienes materiales y servicios que exigen, todos ellos necesarios para conseguir, y de una forma más agradable, los fines inmediatos de la vida humana, se explica por la dimensión espiritual del hombre. Como ha indicado el filósofo español Antonio Millán-Puelles: "Solamente en virtud de que en el hombre hay espíritu puede darse en el ser humano una cierta necesidad de cosas artificiales, o sea, de cosas que no llegan a existir, ni pueden tampoco ser usadas, sin que funcione el poder de nuestra razón"
La economía también, como toda otra actividad del hombre, está sujeta a lo espiritual y, por tanto, también a sus leyes prácticas, que están expresadas en la ley moral. Su finalidad última, a la que están orientadas todas las leyes morales, la determinó claramente Santo Tomás, al afirmar que: "Todas las ciencias y las artes se ordenan a una sola cosa, a la perfección del hombre que es su felicidad".
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