NADIE ME VERÁ LLORAR Y LA RELECTURA DE LA MODERNIDAD
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Resumen
La novela "Nadie me verá llorar" de Cristina Rivera Garza, publicada en 1999, propone una nueva forma de ser en el lenguaje, de hacer literatura, de leer la realidad contemporánea. Para ello la autora toma a manera de herramientas una visión desacralizadora de la modernidad, el logocentrismo, la razón, el sujeto, la historia, el progreso. Hace de estos metarelatos piedras que se van desmoronando a lo largo de su nueva construcción en el plano de la creación y la lectura. La posmodernidad es su lente para mirar las cosas, la periferia filosófica y epistemológica, su asiento. En el presente ensayo esbozaré de manera general diversos aspectos del relato novelístico de Rivera que contribuyen a confirmar esta propuesta. Para ello analizaré brevemente estructura, tiempo, espacio, personajes y temática.
Ya de entrada podemos percatarnos que su estructura externa se compone de ocho capítulos que a su vez se subdividen en fragmentos cortos Por otro lado, la estructura interna de la obra está construida a partir de una serie de repeticiones y leitmotivs que nos recuerdan una estructura musical y quizá también una estructura visual -la de la fotografía. Es así como aparece una pregunta o una frase que más tarde se retoma y, cada vez que aparece, enriquece su propio significado. La frase "Nadie la verá llorar" aparece cuando Matilda, la protagonista de niña conoce la soledad al extraviar a su madre en El Tajín, más tarde aparece cuando Matilda entra a los 15 años a la ciudad de México por vez primera y observa la ciudad desde el ferrocarril.
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