LA DISOLUCIÓN DEL YO Y EL SENTIMIENTO OCEÁNICO La mutilación de los dioses del caos y la creación del mundo
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Resumen
ESTIMAN LOS ESPECIALISTAS que bajo el reinado de Nabucodonosor I, los sacerdotes babilonios reunieron en el siglo XII a.C. una serie de poemas cortos de origen sumerio, que eran recitados y escenificados durante el cuarto día de los once que tributaban a las ceremonias del Año Nuevo. El poema acabado era a la vez una cosmogonía, una teogonía, una antropogonía y un tratado sobre el lenguaje y los números. Se sabe que el Génesis bíblico debe mucho de su composición y estructura al poema, y es probable que el papel que éste confería a la invocación y a la palabra nutriese, con no poca influencia, las concepciones hebreas sobre los símbolos y la escritura. Esbozo una parte:
Cuando nada había recibido palabra que lo nombrase, solo existía el caos acuático en que Apsu —el abismo— y Tiamat —el mar— mezclaban sus aguas. En su seno nacieron Lakhmu y Lakhamu, que recibieron nombre y que procrearon a Anshar —todo el cielo— y Kishar —toda la tierra—. De ellos provinieron las múltiples generaciones de dioses que dieron muerte a las divinidades originarias a las que los babilonios representaban con caracteres monstruosos. Habiéndose enterado los dioses jóvenes de la resolución que Apsu había tomado de darles muerte, ya que con sus voces y juegos infantiles perturbaban su eterno letargo, decidieron anticiparse, y matándolo a él primero hicieron con su cuerpo inerte la morada que desde entonces habitan. Tiamat, enterada del parricidio cometido por los dioses, decide tomar venganza y crea legiones y ejércitos para acabar con ellos.
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