LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE CRONISTAS DE CIUDADES MEXICANAS Comentario en torno a su origen
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Resumen
Sin pretender hacer historia de lo que han sido los cronistas a través del tiempo, no es aventurado consignar que uno de los antecedentes más remotos del oficio lo encontramos en la Sagradas Escrituras. Los textos de los cuatro evangelistas, Marcos, Mateo, Juan y Lucas, no son otra cosa que las crónicas de la vida del Señor y la expresión en detalle de su tiempo y de su entorno. En la antigua Roma los cesares tenían quienes escribieran la relación de sus hazañas y, ya en la España de los Austrias, los reyes designaban a un cronista que recogiera en forma pormenorizada los sucesos de su tiempo y las acciones de ellos mismos. Uno de los más notables de la primera mitad del siglo XVI, fue Pedro Mejía, vecino de Sevilla, cronista de Carlos V. En esa misma época de los descubrimientos, era regla invariable que fuese nombrado un cronista para cada expedición, a fin de que registrara con toda minuciosidad, no sólo lo incidentes de la jornada, pero todo cuanto observara en aquellos largos viajes. En los escritos de aquellos cronistas está el verdadero descubrimiento. Es importante observar que sus textos figuran en la historia de la cultura de América, como primeros monumentos de la literatura. Es incuestionable que en Cortés se tiene al primer cronista de la Nueva España.
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