AMOR Y AMISTAD
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Resumen
La soledad es una de las últimas y fundamentales experiencias que acompañan al hombre en su historia. Soledad que nos pone ante el espejo para hacernos cargo de quiénes somos realmente. Podemos abrimos a nuestra esencia auténtica, o podemos sucumbir por la vertiente de la inautenticidad.
Aunque todo ser humano nace en el seno de una familia, cobijado con el manto protector del cariño familiar, puede llegar el momento de sentirse torturadoramente solo, abandonado, perdido en un mar de incertidumbre y riesgo. Ante todo habría que distinguir entre la soledad augusta -siempre poblada de compañías- y el aislamiento misantrópico, deshumanizado, desintegrador. Para muchos hombres de hoy, el aislamiento es por lo común el único modo de contacto con la soledad, con una soledad aparente que en realidad es pseudo-soledad. El aislamiento destruye al hombre, le impide que llegue a ser verdaderamente él mismo. La soledad puede configurarnos si no se endurece y si se abre a lo que le llama desde un destino que nos trasciende y que, en términos cristianos, se llama Providencia. Hay hambre de mundo y de naturaleza en los viajes, en las excursiones.
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