ÉTICA Y EDUCACIÓN

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Miguel de la Torre

Resumen

Asumo en este trabajo el punto de vista de considerar al proceso educativo como un proceso antropogénico; es decir, un proceso en el que los seres humanos se construyen a sí mismos tanto en lo colectivo como en lo individual. La educación constituye el medio por el cual se hace posible un específico modo de ser humano y es siempre un proceso de construcción colectiva: entre el individuo y la comunidad, entre los vivos y los muertos, entre los héroes y los hombres comunes y corrientes: coincido en esta definición con Octavi Fullat, quien habla de una estructura educanda del hombre, para explicar a la educación como la única posibilidad de existencia del fenómeno humano: "Ser hombre consiste en tener que educarse", dice Fullat (1995).


Asumo también que se trata de un proceso simbólico, un proceso que opera en la forma de construcción de significados. Por una parte, en el proceso educativo se constituye algo que no existía antes: un sujeto, una nueva forma de articulación a la vida social y a la naturaleza. La naturaleza simbólica de esa producción y su carácter colectivo e histórico nos permiten hablar de que en él se da lugar a la conformación de universos simbólicos compartidos y colectivamente producidos y reproducidos; es decir, se constituye la cultura. Cultura, historia, identidad y la personalidad del individuo son los resultados del proceso educador. La educación es entonces el proceso en el que se constituye lo humano, y por esta razón, es un proceso dotado de sentido.

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Cómo citar
de la Torre, M. . (2022). ÉTICA Y EDUCACIÓN. HUMANITAS DIGITAL, (29), 497–521. Recuperado a partir de https://humanitas.uanl.mx/index.php/ah/article/view/1497
Sección
Ciencias Sociales