APUNTES PARA UNA PSICOLOCÍA EN EL SIGLO XXI
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Resumen
Los sueños de un hombre sobre el futuro de la filosofía, del arte, de la ciencia, sólo podrían realizarse por casualidad. Lo que ve es una continuación de su mundo en el sueño, por ello, QUIZÁ, su deseo (quizá no), pero no la realidad.
Ludwig Wittgenstein 1947 Observaciones (103)
l.
Para comenzar, debo hacer algunas confesiones biográficas: habiendo estudiado en una Facultad que tenía por nombre central el de filosofía, lo que me obligó a más de una forma de intercambio, siempre desconfié un tanto de aquello que oliera a filosofía. Quizá fuese mi oscuro trasfondo positivista, quizá mi dificultad para entender las preocupaciones de quienes se autodenominaban filósofos o alguna otra razón inconsciente que aún no he aclarado, pero mis aproximaciones a la filosofía no han sido hasta ahora una relación amable entre iguales. Y para continuar, no es ésta la única declaración un tanto sorprendente que formularé: quizá algo o mucho de lo que sigue despierte animadversiones entre quienes esto lean y para ello no tengo más respuesta anticipada que pedirles benevolencia y la esperanza de que, aun cuando discrepemos, podamos llegar a aceptarnos mutuamente en una apuesta por la comprensión racional, que es lo único típicamente humano que podemos rescatar a la naturaleza. La esperanza de un pensamiento despojado de toda subjetividad no ha sido más que una fantasía que algunos seres humanos han creído como necesidad de su propia realidad, pero que al presentarse como negación de la autoconciencia no ha servido más que para dilatar la comprensión o autoimponerse como forma de poder.
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