ESPAÑA Y EL CID

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Minerva M. Villarreal

Resumen

Yermos y abandonados quedan los palacios detrás de su partida. Tristes las mujeres. El mio Cid abandona Vivar expulsado por el rey Alfonso VI debido a las intrigas de la corte. Se retardaban los moros en el pago del recaudo y él era enviado a cobrar. Lo acusaron de quedarse con parte de los montos reales. El rey lo expulsa. Y como derrota a García Ordóñez, un caballero de la corte, será allí, en la propia corte, con los nobles, donde prenderá la semilla de la envidia y la intriga hacia él.


En aquel tiempo, 1060 aproximadamente, los reinos del norte de lo que hoy conocemos como España eran cristianos y los reinos del sur, árabes. Córdoba había sido uno de los tres califatos del mundo musulmán y había sufrido la división territorial en los reinos de taifa. Los otros califatos eran Damasco y Bagdad.


Había levantamientos permanentes. Guerras entre moros y cristianos y guerras entre las distintas regiones generaron un clima de adversidad que duró siglos y que culminó en apariencia con el triunfo de Isabel la Católica y la expulsión de árabes y judíos en 1492, precisamente cuando América fue descubierta, es decir, invadida.


Antes, en los tiempos del Cid, el trajín cultural se celebraba a diario entre el norte y el sur. De hecho, en algunos dialectos árabes del norte de África “cid” significa león: valiente, fuerte, señor (del ár. hisp. síd, y este del ár. clás. sayyid, señor). Hombre fuerte y muy valeroso.

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Cómo citar
Villarreal, M. M. (2022). ESPAÑA Y EL CID. HUMANITAS DIGITAL, (34), 239–244. Recuperado a partir de https://humanitas.uanl.mx/index.php/ah/article/view/1714
Sección
Letras